ARBALAP

 

 

 

Suspiro,

quieta.

Mi voz dice: palabra, palabra, palabra.

Sigue diciendo: canto, canto, canto;

hablo, hablo, hablo;

digo, digo, digo;

hablo, digo, canto;

canto, canto, canto;

digo, hablo, hablo;

palabra, palabra, palabra.

¿Me escuchás? ¿Qué escuchás?

Más no digo que: palabra.

Palabra, palabra, palabra;

brapala, pabrala, labrapa;

desorden perfecto,

perfecta palabra.

Al revés, torcida a mis ojos.

Ordenada, lineal al perímetro de mis labios.

La palabra escondida:

la palabra,

el tesoro.

Si no entendés lo que hablo,

dejá que tu voz diga:

palabra, palabra, palabra.

Si suena como una mera palabra,

que entonces lo sea.

Si suena como merísima palabra,

que nazca, entonces,

la mágica palabra.