SENTADA EN LA MESA


 


 

Somos el resultado de un pasado confuso:
el pan y el vino en esta mesa,
en una una noche tibia y celeste.
Somos los leones de las infinitas praderas,
la sangre de nuestras exquisitas presas.
Somos el sol reflejado en el halo de nuestra cabellera,
los tambores de huesos que vistieron por dentro nuestros antepasados cuerpos.
Somos los globos explotados de nuestras creencias,
los pedazos rotos de nuestra inteligencia.
Gente abrupta, corrupta desde el nacimiento,
somos las marcas invisibles, tan visibles, de nuestras heridas aún abiertas.
Somos hijos de las mentiras de nuestros deseos desviados.
Nada más que una bruja risa, sí:
una risa es esta creatura que soy yo,
yo que dispongo de pobres palabras y metáforas insuficientes,
yo que me resisto a ir contra corriente.
Deberé luchar, no en contra,
sino a favor de la corriente.
Deberé apoyar mi causa, cuestionarla,
perderla y quemarla.
Más mi perpetua causa cambia,
oscila entre vos y yo,
nosotros mismos somos nuestra causa.